Ni Marte ni la Luna: el planeta donde podrían existir océanos escondidos bajo el hielo


La búsqueda de vida fuera de la Tierra ha fascinado a la humanidad desde tiempos remotos. Desde los primeros telescopios que nos permitieron mirar las estrellas hasta las avanzadas misiones espaciales de hoy en día, la cuestión de si estamos solos en el universo ha sido uno de los mayores enigmas científicos. Algunos de los lugares más prometedores para albergar vida en el Sistema Solar no se encuentran en los planetas principales, sino en las lunas heladas que los rodean.
En los últimos años, estudios sobre las lunas de Júpiter, como Europa, y de Saturno, como Encelado, han revelado la presencia de océanos subterráneos bajo sus gruesas capas de hielo, lo que aumenta las expectativas sobre la posibilidad de vida. Urano, con su sistema de lunas, no es una excepción. Aunque más frías y alejadas, estas lunas comparten similitudes con otros cuerpos celestes en los que se han encontrado pistas sobre agua líquida oculta. Científicos como Benjamin Weiss, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, han propuesto nuevos métodos para estudiar estos mundos en busca de señales de océanos subterráneos, abriendo un abanico de posibilidades para futuras exploraciones.
Las grandes lunas de Urano
Urano es un gigante gaseoso que tiene un sistema de 27 lunas conocidas. De todas ellas, las más grandes son Titania, Oberon, Umbriel, Ariel y Miranda. Cada una de estas lunas tiene características únicas, pero comparten una composición de roca y hielo que las hace intrigantes para los científicos planetarios. En 1986, la nave Voyager 2 de la NASA pasó cerca de Urano, capturando imágenes detalladas de sus lunas.
Estas imágenes mostraron paisajes de cráteres, grietas y signos de actividad geológica. Más importante aún, indicaron la posibilidad de que bajo la superficie helada de estas lunas pudiera existir agua líquida. Este descubrimiento generó un gran interés en el estudio de las lunas de Urano, ya que, al igual que en Europa o Encelado, la presencia de agua líquida podría ser clave para la habitabilidad.
La posibilidad de que existan océanos subterráneos en las lunas de Urano se basa en una serie de fenómenos geológicos, como el criovolcanismo, observado en varias de estas lunas. El criovolcanismo es un proceso similar al volcán convencional, pero en lugar de expulsar lava, los criovolcanes expulsan agua, amoníaco o metano congelado desde el interior de un cuerpo helado hacia la superficie.
Este fenómeno se ha observado en otras lunas del Sistema Solar, como Encelado, y sugiere la presencia de un océano líquido bajo la corteza helada de estos plaetas. En Urano, la presencia de cráteres y grietas en las grandes lunas, junto con signos de criovolcanismo, alimenta la hipótesis de que estos cuerpos podrían albergar un océano subterráneo.
Investigaciones recientes
Recientemente, un equipo de científicos liderado por Benjamin Weiss ha propuesto un nuevo enfoque para estudiar las lunas de Urano y confirmar la presencia de océanos subterráneos. En un estudio presentado en la Reunión de Astrónomos 2020 de la AGU, los investigadores sugirieron que la técnica del campo magnético inducido podría ser clave para detectar agua líquida bajo la superficie de las lunas de Urano.
El principio detrás de esta técnica es que cuando una luna orbita alrededor de un planeta, el campo magnético de ese planeta interactúa con la luna, generando una corriente eléctrica en su interior. Esta corriente crea un campo magnético inducido, que puede ser detectado por una nave espacial que pase cerca. Si las lunas de Urano albergan océanos líquidos bajo su superficie, estos océanos, al ser conductores de electricidad, generarían un campo magnético inducido que podrían medir instrumentos en una futura misión espacial.
El campo magnético de Urano es único debido a su inclinación de 59 grados respecto al eje de rotación y al desplazamiento de su centro. Esta particularidad permite una interacción especial con las lunas del planeta, facilitando la detección de posibles océanos subterráneos. Aunque no se ha confirmado su existencia, los campos magnéticos inducidos de lunas como Miranda, Ariel, Umbriel y Titania se podrían medir con la tecnología actual.
Aunque los avances en la investigación sobre las lunas de Urano son prometedores, todavía existen desafíos significativos. Estos cuerpos están muy alejados de la Tierra, lo que significa que las misiones espaciales dirigidas a este planeta serán costosas y requieren una planificación a largo plazo. La NASA no tiene planes inmediatos de enviar una sonda a Urano, aunque está considerando una misión a Neptuno llamada Trident, que también podría recopilar información sobre Urano y sus lunas. Sin embargo, las misiones que exploren las lunas de Urano no se realizarán probablemente hasta el 2042.
A pesar de estos desafíos, el estudio de las lunas de Urano sigue siendo una prioridad para la ciencia planetaria. Si se confirma la presencia de océanos subterráneos, estas lunas podrían convertirse en objetivos clave para futuras investigaciones sobre la vida en el Sistema Solar. Además, el descubrimiento de agua líquida en estas lunas podría cambiar nuestra comprensión de los lugares habitables más allá de la Tierra.